lunes, 3 de diciembre de 2007

Zwi Migdal


Avellaneda oculta una historia que no todos conocen: un cementerio exclusivo de criminales y prostitutas. Sobre la avenida Crisólogo Larralde al 4100 y al lado del Cementerio Israelita de Avellaneda se encuentra abandonado y semi saqueado el primer cementerio judío administrado por un grupo de rufianes de origen polaco. La organización fue conocida como Zwi Migdal, se dedicó durante casi cuarenta años a la trata de blancas y se ocultó bajo la apariencia de una sociedad de socorros mutuos.
En 1889 comenzaron a llegar al país miembros de la asociación que ya habían sido perseguidos y echados de distintos países europeos. El único impedimento que encontraron acá fue el desprecio y rechazo de la colectividad local: las entidades judías no querían ser vinculadas con el grupo de rufianes por lo que decidieron, a partir de 1900, marginar a quienes se dedicaran al negocio de la prostitución prohibiéndoles la entrada a los templos y cementerios. Lo peor que le podía pasar a un judío honrado y tradicionalista era terminar sepultado junto a un rufián.
Asi fue como a partir de 1906 la organización, que en ese momento se llamaba “Sociedad de Socorros Mutuos Varsovia” y que en 1929 por un escándalo diplomático tomó el nombre de Zwi Migdal en honor a dos de sus directivos, comenzó a comprar fracciones de tierra en la localidad de Avellaneda, dando origen al primer cementerio judío donde finalmente fueron enterradas más de dos mil personas.
En 1926 la sociedad tenía una ganancia anual de 94 millones de pesos, una sede en Av. Córdoba al 3280, controlaba más de dos mil prostíbulos con unas treinta mil mujeres a sus órdenes y después de muchas negociaciones contaba con un templo y un cementerio propio. Aunque era rechazada por la colectividad religiosa y acusada constantemente por la Asociación Judía de Protección de Jóvenes y Mujeres, todo marchaba bien. Pero en 1930 la suerte de la Migdal cambió: a pesar de los infinitos sobornos que pagaba a funcionarios y políticos, la sociedad no pudo evadir la denuncia de una madama que hasta hace un tiempo trabajaba para la organización: Raquel Liberman. Ella, al igual que cientos de mujeres, había sido traída al país con promesas de matrimonio y trabajo. Gracias a su declaración la justicia allanó la sede de la Zwi Migad y encontró un libro con el nombre de los miembros, lo que permitió realizar cientos de órdenes de captura.
Pese a todo, recién en 1952 la Municipaliad de Avellaneda dio fin al permiso que tenía la Zwi Migdal para establecer el cementerio y tomó posesión de las tierras. Los rufianes y las madamas siguieron siendo sepultadas allí hasta 1954.


*Por Deborah Maniowicz

jueves, 22 de noviembre de 2007

Zarpale la lata


Noche cerrada, terreno baldío, pantalones anchos y mucho aerosol. El corazón late en ritmo hip-hop y…¡CORTEN!. La escena cuadra perfecto en un videoclip modelo MTV sobre la vida real de un graffitero, pero a duras penas coincide con las tardes domingueras de Saavedra donde Franco Fasoli (más conocido como Jazz) se junta con sus amigos a llenar de arte los paredones de la Avenida Goyeneche, ex Donado.
“Arranqué hace ocho años bien a lo vándalo: una lata de pintura en la mano y a trepar rejas, a escribir mi nombre, a sentir la adrenalina del graffitero.- Cuenta Jazz, y se hace cargo de su raperito adolescente- Pero cuando ves lo que se puede lograr artísticamente con el graffiti empezás a laburar en serio. Ahora me gusta hacer un boceto, calcular más, y para eso tuvo que pasar un rato de puro bardo”.
Hace tiempo se aburrió del bombing, la técnica de estampar firmas a toda velocidad que se ve en los muros de Buenos Aires, con letras deformadas en estilo salvaje (wild style). Así se hacía en los orígenes de suburbio neoyorquino en los ´70 y los más puristas del ambiente lo mantienen a rajatabla. Jazz, en cambio, encaró un camino paralelo. Pasada la excitación de principiante se sumó a la célebre banda graffitera (crew, como las llaman en la jerga) DSR donde, dice, lo ayudaron a tranquilizarse.
Lejos de todo estereotipo, el chico de remera lisa y simplísimas bermudas es una máquina de derribar clichés. Cree que el mundo del hip hop se volvió muy frívolo y que el graffiti debería independizarse: “Sí seguís la biblia hiphoperil tenés que pintar, bailar, rapear y ser DJ. ¡No te queda tiempo para vivir! A mí lo que me apasiona es el dibujo, lo exclusivamente ilustrativo”.
De todas formas, admira la hermandad que existe en la Argentina entre los ases del aerosol: “Somos alrededor de cien, nos conocemos y tenemos una ciudad gigante para nosotros, que aprovechamos para el bien del graffiti”. La experiencia lo habilita para comparar el panorama local con el europeo, que conoció el año pasado cuando fue invitado a una convención en Francia. Cuenta que allá son moneda corriente la represión policial y la rivalidad entre crews. “En cambio acá tenemos la suerte de que a la gente le gusta lo que hacemos. ¡Cuando pintamos los vecinos se acercan a traernos algo de tomar!”, se ríe.
Los artistas callejeros forman una comunidad que no necesita aclarar sus códigos por escrito. Si bien la esencia efímera del graffiti abre el juego para que una obra cubra a otra, hay respeto por las más trabajadas, y Jazz admite que es muy difícil que lo tapen “de mala onda”. Está entre los mejores del país, pero asegura que en el ambiente no existe el estrellato y que le interesa promover el crecimiento de la movida a nivel nacional: “A veces llamo a chicos que recién empiezan para que vengan a mirar y sepan que uno no está arriba del graffiti como si fuera Britney Spears. Me interesa que esto se agrande”.
Con la intención de imprimirle un sello rioplatense al graffiti, Jazz se unió a un movimiento que le introduce el fileteado. “Está bueno que cada lugar tenga su estilo propio, y digamos que se puede hablar de una nueva onda graffiletera en el ambiente”, se entusiasma. Él mismo dejó de firmar las paredes con su apodo y adoptó un pirulo bien porteño como marca personal. No se encasilla, tiene la versatilidad de un artista y avanza sin apuro: piensa seguir pintando “hasta que los pulmones aguanten”.


*Por Shirly Said

jueves, 15 de noviembre de 2007

"Memoria de mis putas tristes", de García Márquez, censurado en Irán


Irán prohibió la reedición de la última novela del Premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez, “Memoria de mis putas tristes”, y consideró un “error” su publicación inicial, que había sido autorizada hace tres semanas. Los iraníes ya no podrán adquirir el libro, que fue traducido al persa como “Memoria de mis tristes cariñitos” y se agotó tras su salida al mercado.Un responsable cultural que no se identificó aseguró a la agencia iraní Fars que “la persona que autorizó la publicación fue destituida”. También la editorial que difundió el libro tendrá que asumir responsabilidades.Para publicar cualquier libro en Irán se necesita el permiso del Ministerio de Cultura y de las más altas autoridades del país. En los últimos días, los medios conservadores locales acrecentaron sus críticas a la novela por “inmoral”. “Memoria de mis putas tristes” cuenta la historia de un periodista de 90 años que se enamora de una “adolescente virgen” de 14, y recuerda las relaciones que mantuvo durante su vida con prostitutas, o “bellezas”, según la traducción al persa.La censura sobre los libros aumentó desde la llegada al poder del presidente Mahmud Ahmadinejad, en 2005. García Márquez es uno de los autores extranjeros más leídos en Irán y no es la primera vez que una obra suya es censurada. "Cien años de soledad" estuvo prohibida oficialmente durante años. La última obra de Gabo, de 80 años, también generó polémica en su Colombia natal.

*Por Nira Dinerstein

Siempre se vuelve a los orígenes

En las últimas dos décadas la sofisticación de lo gastronómico llegó a niveles impensados. El buen comer se convirtió en un ritual para todos los sentidos donde la complejidad de los sabores, aromas y texturas, se mezclan con técnicas clave de cocción, la elección de la vajilla y la ambientación de los espacios.
Pero sería un error pensar que sólo en los platos extra elaborados está lo atractivo. Hoy más que nunca están en lo cierto los diseñadores de moda y las abuelas modernas cuando aseguran que “todo vuelve”. Y lo que resurge en este caso como la última tendencia gastronómica son, nada menos, que los hábitos más rudimentarios de la alimentación.
La comida cruda y con las manos se planta fuerte en el menú de los restó más vanguardistas del mundo sin resignar un gramo de glamour. Y aunque se trata de dos culturas muy distintas, la reminiscencia Picapiedras invita a las degustaciones más osadas.
Raw food es el nombre del estilo que corta por lo sano en medio de la alimentación apresurada de la gran ciudad. Lejos de toda excentricidad, la elección de verduras deshidratadas, brotes de cereal y semillas procesadas apunta a conservar las propiedades nutritivas y vitamínicas de los productos orgánicos en su punto óptimo. En lenguaje urbano: alimentos no carnívoros cultivados sin pesticidas ni químicos y calentados sólo hasta 37 grados centígrados.
En sus orígenes californianos de los años 60´, los hippies secaban las frutas y verduras al sol, pero eso suele complicarse en la era de la capa de ozono y el calentamiento global.
En las casas de raw food los cheff preparan vegetales y frutas secas en hornos deshidratadores especiales. Entre los platos más pedidos salen el taboule de quinoa, el gazpacho (sopa fría) de zapallo y los panqueques de lino y coco rallado. Para tomar, horchata (leche) de almendras y vinos orgánicos, y de postre pasteles con harina de algarroba que poco tienen para envidiar a los brownies más gourmet.
Como toda ocurrencia audaz, la raw food ya cosechó fieles seguidores entre los artistas. Demi Moore, Sting y hasta Maddonna se lanzaron a la difusión de esta forma de vida que ya probó efectividad en la mejora de estados de ánimo, problemas estomacales y jaquecas.
Sin duda más cerca de estrellas que de artistas, la finger food se instaló como una alternativa menos espiritual pero cien por ciento apetecible. El concepto se basa en platos y cazuelas como únicos elementos de vajilla: lo demás está en manos de los comensales.
Con un alto impacto en recepciones empresariales y festejos de bodas, las mini mozzarellas rebozadas, las croquetas de corvina sobre salsa de curry y los espárragos fritos son los componentes más populares de mesas coloridas y bandejas reambulantes a las que los invitados pueden recurrir en todo momento. Y aún sin fiestas a la vista, quienes quieran participar a sus dedos en la cena pueden hacerlo en restaurantes especializados.
Lo cierto es que semillas más, dedos menos, lo jugado se fusiona con lo sabroso en opciones para todas las costumbres y paladares. Y según el grado de disposición a cambiar la alimentación diaria, lo último en comidas ofrece platos para todos los gustos.

*Por Shirly Said

Feliz cumpleaños Daniel Barenboim

El músico argentino-israelí Daniel Barenboim festeja hoy sus 65 años con un concierto a beneficio en el auditorio de la Filarmónica de Berlín, bajo la dirección de su colega y amigo Zubin Mehta.
El director de la West-Eastern Divan orquesta, formada por árabes e israelíes, interpretará en el piano obras de Liszt, Brahms y Beethoven, junto a la orquesta de la Ópera Estatal Alemana Unter den Linden (Bajo los tilos), teatro del que es director musical.
Barenboim, que actualmente vive en Berlín, fue galardonado en octubre pasado con el Praemiun Imperiale, un prestigioso premio otorgado por la casa real de Japón a “artistas cuyo trabajo haya tenido un impacto internacional significativo”. En septiembre fue nombrado Mensajero de Paz por la Organización de Naciones Unidas.”La música nos enseña a dar lo mejor de nosotros y al mismo tiempo escuchar a los demás”, expresó en esa oportunidad, y se comprometió a difundir el mensaje.
El prestigioso músico y pianista fundó, en 1999, la famosa orquesta West-Eastern Divan, junto al escritor estadounidense de origen palestino Edward Said, fallecido en 2003. Allí tocan jóvenes israelíes, palestinos y de otros países árabes.
El pianista, tantas veces premiado por su compromiso con la paz y el diálogo entre culturas, desató la polémica en julio de 2001, cuando representó en Jerusalén la ópera “Tristán e Isolda”, del compositor alemán Richard Wagner, conocido por su antisemitismo. Paradójicamente, la música de Barenboim fue prohibida en esa ocasión.
Barenboim presentará el 29 de este mes su libro “La música despierta al tiempo”, en Italia. Se trata de una recopilación de ensayos, en los que se cuelan temas como su punto de vista respecto del conflicto de Medio Oriente, su proyecto de la West-Eastern Divan Orchestra.

*Por Nira Dinerstein

jueves, 8 de noviembre de 2007

Mundial de Improvisación

Para no perdérselo
Hoy comienza el 4º Festival Internacional de Improvisación Teatral, organizado por la Liga Profesional de Improvisación (LPI) argentina.
El encuentro tendrá lugar en 4 sedes de Buenos Aires: el Teatro El Nudo (Av. Corrientes 1551), el Auditorio Bauen (Av. Callao 360), Liberarte (Av. Corrientes 1555) y la sede de la Escuela Internacional de Improvisación (Sarmiento 1495). Y acá se puede consultar la programación.
En esta edición, competirán 5 equipos todos contra todos -Argentina, Colombia, Ecuador, España y Brasil-, y habrá también dos "invitados" -Chile y Uruguay- que participarán de un "amistoso", en palabras del capitán argentino y organizador del evento Ricardo Behrens.
Además, se presentarán espectáculos no competitivos de improvisación, a gusto y piaccere de cada compañía. Los equipos tendrán un espacio para mostrar sus propias visiones sobre la disciplina match.

*Por Nira Dinerstein

viernes, 2 de noviembre de 2007

“Hubiera sido montonera, para molestar a mi familia que es conservadora”



"¿Esto no es muy montonero no?" Con el pelo a medio teñir de un color negro intenso y las uñas de los pies en pleno tratamiento, Dolores Fonzi recibió a Veintitres para charlar sobre su particiáción como integrante de la contraofensiva montonera en el ciclo 9mm.
En noviembre de 1979 un grupo de militantes montoneros sorprendió con el atentado al empresario Francisco Soldati. En aquel entonces Dolores sólo tenía un año y medio y su familia no participaba en ningún movimiento político.
- Me identifico bastante con Lita, el personaje que interpreté, por el hecho de que vivo siguiendo una idea, creo en algo y lucho por eso, soy coherente. Después, dar la vida por una causa no se si lo haría, hoy al menos creo que no. Por ahí si hubiera nacido en el ´79 hubiera sido Lita.
¿Si?, ¿cree que hubiera sido montonera?
-Creo que sí, pero más que nada para romper las bolas. Toda mi familia es muy conservadora y creo que por eso yo hubiera hecho todo lo contrario.
¿Su familia nunca estuvo involucrada en el tema?
-No, eran ignorantes abusolutos. Yo varias veces les pregunté sobre que hacían y que textos leían en esa época, pero no, ellos no estaban involucrados.
¿Cómo se imagina viviendo en esa época, en plena dictadura?
-Súper involucrada. Supongo que para hablar debería haber estado en ese período, hablar siempre es más fácil. En diciembre de 2001 en Plaza de Mayo con la caída de Fernando De la Rúa viví lo que es estar metida en algo, acompañada por todo un pueblo. Es increible como te llena el alma estar en comunión con la gente. Ese momento de efusividad, hacer historia es increible. Si, en esos años hubiera estado re metida.
¿Cómo se relaciona con la política?, ¿tuvo algún tipo de participación?
No. No creo en la política, no me interesa y no tiene nada que ver conmigo. Tampoco creo en la religión. Me parece que todo eso es una pérdida de tiempo.
Dolores Fonzi empezó a trabajar como actriz a los XXX años. Recién en el 2006 y después de haber pasado por numerosas experiencias en el mundo de la actuación se animó a experimentar y trabajó como guionista y productora en el programa Soy tu fan, una comedia que cocechó buenas críticas pero que le costó a la actriz mucho agotamiento. Si bien los papeles que interpretó Dolores en cine y televisión fueron siempre de ficción tuvo dos experiencias que trataron temas de la historia argentina: Mujeres Asesinas en 2005 y Vidas Privadas en 2001.
- Para mi no hay una distinción en hacer "realidad" o "ficción", tiene que ver con si me gusta el director, la historia, los actores, el personaje. Cuando estoy actuando la montonera Lita no existe. Habrá existido y todo pero yo estoy haciendo un papel, todos estamos haciendo eso. Lo que cambia es que si interpreto un personaje que existe o existió intento meterme más, inspirarme en la época e investigar.
¿Había trabajado alguna vez con ese período?
Con Vidas Privadas, que cuenta como Cecilia Roth regresa a Buenos Aires tras su exilio en España. En realidad todo el cine argentino entra de algún modo en la época de la dictadura, pero así tan de frente siendo una montonera, un personaje que protagonisa una situación así no, nunca lo había hecho.
¿Para hacer de Lita consumió algún tipo de lectura sobre el tema?
Leí el libro Nunca más, pero en realidad ya lo había leido antes. Aunque me interesa bastante la historia argentina no había leido muchas cosas antes, soy bastante ignorante sobre el tema. Para hacer el personaje me preocupé por investigar todos los campos y todos los frentes, gente que participó de la revuelta y gente que se mantuvo al margen.
1979. La contraofensiva cuenta la historia de un pelotón de guerrilleros que llegó al país en forma clandestina para atentar contra funcionarios cercanos al gobierno. Estos militantes montoneros se encargan de conseguir las armas e idear el plan de lucha. La historia cambia de rumbo cuando en plena planificación uno de los miembros del grupo es secuestrado y desaparecido. En ese momento, Lita (Dolores Fonzi) pierde conexión con su jefe y deja el hotel donde se alojaba. Amalia (Valentina Bassi) y su jefe Fabián (Juan Minujín) abandonan el departamento que alquilaban. En ese momento una acción de Lita ayuda a realizar la operación armada pero a un costo muy alto.
¿Qué fue lo que le atrajo de participar en 9mm?
Por un lado me tentó trabajar con Ulises Rosell, Valentina Bassi y Juan Minujin, todos la tienen muy clara así que yo confié plenamente en ellos. Después, me centré sobre todo en el fanatismo, en sacrificar lo último que queda de uno en función a lo que piensa. En esa época todo era brutal y definitorio en muchos aspectos, eso es una obviendad, la lucha costaba en muchos casos la muerte. A mi me interesó sobre todo esa parte, gente que está convencida a un nivel religioso, una lucha hasta el fondo, de entregar todo en función de una idea.
¿Qué siente que le aporta 9mm a los televidentes?
Yo vi un par de capitulos y me encantaron. Este tipo de programas me gustan mucho. Se hacen tantas cosas con hechos reales que por qué no hacer un programa con los casos de ese momento. Lo mejor de 9mm es esa ambición de no ser ambicioso, esa no pretención de querer imponer una idea sino simplemente mostrar. Muestra pero no hace juicios de valor, uno desde afuera puede ver todo con frialdad. Además parece cine, es terrible, tiene mucho trabajo encima.
¿Dudó en aceptar el papel?
No, ya había trabajado con Ulises y me encanta como es él como director, la historia me parecía buenísima y tenía muchas ganas de meterme con ese período de la Argentina.
Por otro lado, me encanta el canal de la Ciudad. La gente que trabaja ahí, la forma de hacer y de realizar las cosas. Me encantó hacer el personaje. Igual fue muy corto, la grabación sólo duró una semana. Más allá del tema que me interesa mucho, siempre me va a gustar participar en donde haya una buena historia para contar.
¿Si pudiera elegir entre todos los personajes hubiera elegido el que hizo?
No, si sigue la serie voy a hacer otro capítulo que me encanta. No te puedo decir cual es...
¿Ya está confirmado?
No, pero me gustó el guión y si no tiran el canal abajo y sigue 9mm lo voy a hacer, tengo muchas ganas.

* Por Deborah Maniowicz